Dibujo de una tablet con una gráfica circular y de crecimiento. Alrededor hay gráficos del comportamiento del mercado y la Reserva Federal

Update de Mercado: semana del 13 al 17 de junio de 2022

Rendimiento semanal al 17 de junio de 2022:   S&P 500: -5,79% Nasdaq: -4,78% Dow Jones: -4,79%   Los mercados...
20/06/2022

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Rendimiento semanal al 17 de junio de 2022:

 

S&P 500: -5,79%

Nasdaq: -4,78%

Dow Jones: -4,79%

 

Los mercados financieros se vieron sacudidos una vez más por las perspectivas de aumento de tasas de interés y mayores costos de endeudamiento, lo que hizo que los inversores se deshicieran de sus activos más riesgosos la semana pasada. En general, el tono del mercado en las últimas sesiones de negociación estuvo dominado por la reunión de la Reserva Federal, en la que los funcionarios decidieron dar un paso no visto en varias décadas en su campaña para controlar la inflación. Como resultado, las acciones en los EE. UU. cayeron y cruzaron el umbral del mercado bajista, con el S&P 500 cerrando un 23% por debajo de su máximo de enero el viernes.

 

La caída semanal en el mercado de valores fue la más pronunciada desde la venta masiva inducida por el coronavirus en marzo de 2020 y se desarrolló en tres etapas. El primer golpe al mercado llegó el lunes cuando los inversionistas continuaron procesando las cifras de inflación publicadas recientemente, que mostraron precios creciendo por encima de lo esperado y sin señales claras de alcanzar un pico. Eso hizo que elevaran la expectativa de la subida de tipos de interés por parte de la Reserva Federal (Fed) de 50 pbs a 75 pbs en su reunión del miércoles, lo que repercutió en las rentabilidades de los bonos del Tesoro estadounidense.

 

Con ello, antes de la reunión de la Fed, aumentaron las expectativas de una política monetaria más estricta, lo que profundizó la pérdida en los mercados de bonos. Los rendimientos de la deuda pública aumentaron a niveles no vistos en más de una década, con un registro cercano al 3,5 % el martes para la nota a 10 años y de cerca del 3,44 % para la referencia a 2 años.

 

En parte, el movimiento estuvo asociado a la publicación de los precios mayoristas estadounidenses, que registraron su sexto mes consecutivo con incremento anual de dos dígitos. Dadas las tasas de interés más altas, se redujo el precio de las acciones más sensibles a los costos de endeudamiento, como las del sector tecnológico.

 

La segunda etapa llegó con el anuncio de la decisión de la Fed el miércoles. La autoridad entregó el ajuste esperado de 75 pbs a su rango objetivo de fondos federales y lo elevó a 1,5%-1,75%. La tasa no se había movido en tal magnitud desde 1994, por lo que a primera vista era natural prever movimientos duros en los precios de los activos. No obstante, dado que la decisión ya estaba ampliamente anticipada, y debido a los comentarios en la conferencia de prensa que indicaron que no es necesario tomar una velocidad de 75 bps como el escenario base para las próximas reuniones, las acciones se dispararon ese día.

 

Sin embargo, fue cuestión de tiempo para que los inversionistas volvieron a pensar en las difíciles perspectivas económicas: la eliminación de la liquidez que alguna vez fue abundante, la inflación persistentemente alta junto con las crecientes expectativas de inflación de varios agentes económicos, y la creencia de que a medida que suben las tasas de interés para combatir esta espiral ascendente, el crecimiento económico podría verse afectado. Esas preocupaciones se vieron agravadas por el Banco de Inglaterra y el Banco Nacional de Suiza que también elevaron las tasas durante la semana.

 

Dado esto, la tercera etapa de la liquidación se caracterizó por intensos temores de recesión, lo que hizo que las acciones cayeran en todos los 11 sectores del mercado estadounidense el jueves. Los inversores descargaron de su portafolio las apuestas más arriesgadas (los criptoactivos continuaron perdiendo valor a un ritmo acelerado) y volcaron su dinero en el «refugio seguro» de los bonos del Tesoro (el rendimiento de la nota a 10 años volvió a caer al 3,2%). Como tal, la diferencia entre las tasas a corto y largo plazo se redujo a mínimos, una vez más indicando problemas para la economía en el horizonte.

 

Esta semana acortada por vacaciones está destinada a estar dominada una vez más por la política monetaria. Varios miembros de la Reserva Federal y el Banco Central Europeo, que anunció un plan para ayudar a los mercados de bonos en problemas a medida que endurece la política monetaria, darán discursos públicos. Los inversores estarán atentos a sus orientaciones sobre hasta dónde llegarán para controlar la inflación, y si al hacerlo definitivamente hundirán el crecimiento económico.

 

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